Su faceta mas reivindicativa y una alta dosis de creatividad fue la que llevó a este artista americano residente en Brooklyn a emprender un viaje a la península del Yucatán en México tomando como sede una de sus playas para su proyecto de «reciclaje creativo».
Una paradisíaca playa que transformó gracias al uso de materiales reciclados e imaginación.
Residuos que iba encontrando para una vez seleccionados por tipo y color darles formas y retratarlos a modo de denuncia.
Un trabajo que no deja indiferente donde una vez mas comprobamos como todo es aprovechable, transformable.
¿Por que no educar en la sostenibilidad desde el aprovechamiento y no desde la prohibición?.
¿Por que no mirar los objetos por lo que podrían llegar a ser y no por lo que son?.
Mirar el arte como aliado y como generador de valor.